El temperamento
Las primeras exploraciones polifónicas se hicieron en la edad media. Pero a finales de esta, lo nuevo es el temperamento. J. S. Bach es quien trabajó en la elaboración de este. Se trata de una igualación de intervalos de las escalas de la tonalidad de las diferentes notas musicales, a partir de la invención de los diferentes instrumentos de teclado como el órgano, el clavecín y el piano.
Este temperamento, en compañía de la escritura musical terminó por ser una especie de homogenización que durante alrededor de cuatro siglos se adueña del lenguaje musical. La “modalidad” antigua, que era un fenómeno acústico, pero también estético, un reflejo del ethos que cada pueblo en particular puede tener, dejo de desarrollarse.
La tonalidad, el temperamento, dictó sus leyes categóricas. Posiblemente limitó y reprimió el desarrollo de la música modal, pero solo así fue como este tipo de música se pudo explorar a conciencia por el individuo que fue echado a andar en el renacimiento. Hay que aclarar que en este individuo o individuos no rompieron su lazo con Dios, muy al contrario, estos músicos, estuvieron en gran medida apegados a la religión, y más que explorar nuevos caminos, lo que hicieron fue perfeccionar el sistema y lenguaje musical. Me refiero a compositores como Bach o Haendel.
Las leyes de la tonalidad, son reglas para estabilizar. Para dominar estas reglas es necesario conocerlas, pero pocos son los conocedores de estas reglas. Las leyes musicales como esta del temperamento están ocultas para los profanos.
Se acentua una nueva ruptura: la separación una música que es dirigida a Dios y otra a la humanidad, donde cada una búsa de ejercer su dominio sobre la otra.
Los músicos clásicos son ahora los que dictan las reglas, el culto a la individualidad será el signo de este tiempo. Anteriormente la música se hacía de manera colectiva en los coros, y donde, por ejemplo no era reconocido el director ni el compositor, ni mucho menos el cantante. Pero a partir del Renacimiento serán conocidos los individuos, los compositores, los cantantes, los instrumentistas. La música será utilizada como medio de expresión personal, a las composiciones se les dará un acento más humano y las nuevas formas musicales como el concierto pondrán en relieve el virtuosismo del ejecutante. Conoceremos nombres de grandes compositor como el clásico por excelencia y virtuoso Wolfgang Amadeus Mozart o la pasión y el romanticismo y exaltación de lo humano de Ludwing Van Beethoven y nombres de ejecutantes de instrumento virtuosos como el del violinista Nicolo Paganini o el pianista Federico Chopin.
Este temperamento, en compañía de la escritura musical terminó por ser una especie de homogenización que durante alrededor de cuatro siglos se adueña del lenguaje musical. La “modalidad” antigua, que era un fenómeno acústico, pero también estético, un reflejo del ethos que cada pueblo en particular puede tener, dejo de desarrollarse.
La tonalidad, el temperamento, dictó sus leyes categóricas. Posiblemente limitó y reprimió el desarrollo de la música modal, pero solo así fue como este tipo de música se pudo explorar a conciencia por el individuo que fue echado a andar en el renacimiento. Hay que aclarar que en este individuo o individuos no rompieron su lazo con Dios, muy al contrario, estos músicos, estuvieron en gran medida apegados a la religión, y más que explorar nuevos caminos, lo que hicieron fue perfeccionar el sistema y lenguaje musical. Me refiero a compositores como Bach o Haendel.
Las leyes de la tonalidad, son reglas para estabilizar. Para dominar estas reglas es necesario conocerlas, pero pocos son los conocedores de estas reglas. Las leyes musicales como esta del temperamento están ocultas para los profanos.
Se acentua una nueva ruptura: la separación una música que es dirigida a Dios y otra a la humanidad, donde cada una búsa de ejercer su dominio sobre la otra.
Los músicos clásicos son ahora los que dictan las reglas, el culto a la individualidad será el signo de este tiempo. Anteriormente la música se hacía de manera colectiva en los coros, y donde, por ejemplo no era reconocido el director ni el compositor, ni mucho menos el cantante. Pero a partir del Renacimiento serán conocidos los individuos, los compositores, los cantantes, los instrumentistas. La música será utilizada como medio de expresión personal, a las composiciones se les dará un acento más humano y las nuevas formas musicales como el concierto pondrán en relieve el virtuosismo del ejecutante. Conoceremos nombres de grandes compositor como el clásico por excelencia y virtuoso Wolfgang Amadeus Mozart o la pasión y el romanticismo y exaltación de lo humano de Ludwing Van Beethoven y nombres de ejecutantes de instrumento virtuosos como el del violinista Nicolo Paganini o el pianista Federico Chopin.